lunes, 21 de noviembre de 2016

Dietas bajas en carbohidratos para adelgazar, ¿funcionan?



Cómo realizar regímenes de este tipo sin poner en riesgo la salud.




Por Facundo Crescenzo, nutricionista, deportólogo y antroprometrista.
¿Cuántas veces se ha escuchado “hacete una hiperproteica que yo bajé 5 kg en un mes”? Ahora, uno se podría preguntar de qué bajó esos kilos… ¿Grasa? ¿Líquido? ¿Masa muscular?
La realidad es que el cuerpo humano tiene un tope de quema de grasas por día, el cual suele rondar los 80-100 g en hombres y 50-60 g en mujeres, dependiendo del nivel de adaptación al ejercicio que se tenga y, siempre, con la restricción calórica adecuada.


¿Qué es lo que hace que uno descienda tan abruptamente con un plan bajo en carbohidratos? Absolutamente todos tenemos reservas de glucógeno (carbohidratos) en el hígado y los músculos. Estas reservas son las que usamos para obtener energía tanto en momentos de entrenamiento (para mantener el rendimiento), como en tiempos de ayuno (para mantener estable la glucemia). El mecanismo fisiológico que sucede en situaciones normales es reducir o consumir estas reservas en las situaciones mencionadas y luego reponerlas al realizar ingesta de frutas, verduras, pastas, cereales, legumbres. etc.



Al realizarse una dieta restrictiva en estos grupos de alimento, las reservas no se reponen, y parte del peso que uno disminuye se debe tanto al nutriente perdido como al líquido que se almacena con el mismo. Esto último es el motivo por el cual observamos un incremento en el volumen de orina diario.

¿A qué nos arriesgamos al realizar estas dietas?

• Al no estar ingiriendo los alimentos que son fuente principal de energía para nuestro funcionamiento, lo primero que notaremos será fatiga muscular, cansancio tanto físico como mental (ya que la glucosa es el combustible principal del cerebro) e irritabilidad.
• Si seguimos indagando en nuestro cuerpo, notaremos que nuestro volumen muscular se verá disminuido. Eso se debe a que nuestros músculos están perdiendo su “relleno” de carbohidratos y líquido.
• Si damos un tercer paso, veremos que nos estamos exponiendo a sufrir lesiones de orden muscular, en gran medida, relacionadas con los síntomas expresados al principio.



• Yendo a lo más interno en el cuerpo, vemos como el exceso de proteínas de origen animal consumen lentamente nuestros huesos y se sobrecargan nuestro hígado y riñones por el incremento de los deshechos metabólicos.
• Por último, como varios habrán experimentado, nos exponemos no sólo a estancarnos en el descenso, sino a recuperar el peso cuando esta “dieta” se abandona, volviendo al peso inicial o incluso superándolo.

¿Para qué pueden utilizarse estas dietas?

• Como “shock” en un plan de descenso equilibrado, al realizarse durante un par de días consecutivos (2 o 3).
• Para dar un peso menor al “real” en el pesaje de un deporte por categoría de peso.
• No sería tan nociva en personas sedentarias. De todos modos, debería realizarse un plan adecuado en proteínas y rico en frutas y verduras, con el fin de realizar simplemente un recorte calórico.
Para finalizar, quisiera destacar que los carbohidratos son nuestra fuente de energía principal. Por supuesto que hay diversas calidades en referencia a los mismos, y uno siempre que pueda, debe optar por consumir los de orden “complejo” (cereales integrales, legumbres, frutas y verduras con cáscara). Al mismo tiempo, las cantidades ingeridas de dicho nutriente deben estar relacionadas con el tipo de en entrenamiento y/o actividad laboral que se realice.


0 comentarios:

Publicar un comentario