Los médicos se encuentran entre las personas más inteligentes que existen, pero incluso ellos cometen errores después de años de entrenamiento. Los médicos con frecuencia solo tienen un corto período de tiempo (¡aproximadamente 13 minutos más o menos!) para escuchar tus síntomas lo mejor que puedan antes de darte un diagnóstico, lo que facilita que se produzcan errores. Cuando tu médico se equivoca, estos son los casos en los que es más probable que cometan errores.
1. Insuficiencia renal aguda
Según un informe de 2013 de JAMA (siglas en inglés de la Revista de la Asociación Médica Estadounidense), la insuficiencia renal aguda, también conocida como insuficiencia aguda de los riñones, es uno de los diagnósticos erróneos más comunes por parte de los médicos. Dado que el daño a los riñones se realiza lentamente a lo largo de los años, la mayoría de la gente no tiene idea de que algo anda mal, especialmente porque toma tiempo para que aparezcan los síntomas. Una vez que surgen los síntomas, generalmente se reduce a hinchazón por retención de líquidos, a la disminución de la producción de orina, a la dificultad para respirar y a la somnolencia, entre otros, pero a veces todo parece bastante normal, lo que dificulta saber qué está sucediendo dentro de tu cuerpo.
2. Enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme —una infección bacteriana que causa de todo, desde dolor en los músculos y las articulaciones hasta fatiga, todo por una picadura de garrapata— en general, se identifica inicialmente por una erupción, pero ese no es siempre el caso. Debido a que algunas personas no muestran el síntoma que la identifica, un estudio de 2005 realizado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos encontró que demora un promedio de 1.2 años para que un paciente sea diagnosticado con precisión con la enfermedad, y durante todo ese tiempo están lidiando con todos los síntomas.
3. Fibromialgia
Si has estado lidiando con dolor crónico durante un largo período de tiempo, pero tu médico no puede determinar qué lo causa, es muy probable que recibas un diagnóstico de fibromialgia, que básicamente implica un dolor muscular generalizado. El asunto es que el problema con frecuencia no es fibromialgia en absoluto: un estudio publicado en la revista Rheumatology (Reumatología) encontró que dos tercios de las personas a las que se les dijo que tenían la enfermedad fueron mal diagnosticados.
4. Sangrado abdominal
La hemorragia abdominal, que ocurre en el estómago, el esófago, el colon y el intestino delgado, puede ser increíblemente difícil de diagnosticar debido a que algunos de los síntomas principales son débiles y vagos, y van desde una baja en la presión arterial y un aumento en la frecuencia cardíaca, explica AARP (siglas en inglés de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas). Mucha gente entra a la sala de emergencias con los mismos síntomas, y si no se realizan las pruebas adecuadas para detectar el sangrado interno, las cosas podrían terminar mal.
5. Enfermedad celíaca
Si bien la enfermedad celíaca solía ser rara, el trastorno crónico autoinmune es cada vez más común. Se produce cuando el comer gluten causa una reacción inmune, lo que resulta en diarrea, hinchazón, flatulencias, fatiga o ningún síntoma. Debido a esos síntomas, un estudio realizado en 2016 y publicado en la revista Clinical and Translational Gastroenterology (Gastroenterología clínica y traslacional) descubrió que muchas personas son diagnosticadas de manera equivocada, especialmente porque todos piensan mal del gluten debido a la tendencia de productos exentos de gluten. Muchas personas son diagnosticadas sin pasar por todo el proceso necesario para asegurarse de que en realidad es una sensibilidad al gluten.
6. Lupus
El lupus es una enfermedad crónica y autoinmune en la que el sistema inmune ataca accidentalmente a sus propias células sanas y puede afectar a todo, desde las articulaciones y la piel hasta el cerebro, los pulmones y los riñones. Sorprendentemente, la Fundación Lupus de Estados Unidos encontró que casi la mitad de los 3,000 adultos que tienen lupus fueron diagnosticados erróneamente. Además de eso, a más de la mitad se les dijo que sus síntomas eran puramente psicológicos y que nada en realidad estaba mal con ellos. Debido a que estudios anteriores han demostrado que pueden pasar hasta seis años desde que aparecen los primeros síntomas hasta obtener un diagnóstico correcto, se pueden producir muchos daños que pueden causar problemas de salud a largo plazo.
7. Ataque al corazón
Según lo que ves en la televisión y en las películas, parece que los ataques cardíacos son fáciles de detectar, pero no siempre es así. Según AARP (siglas en inglés de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas) los síntomas que a veces son leves, como el dolor en el pecho, la dificultad para respirar, el sudor frío y los mareos, así como los síntomas menos comunes, como el dolor en la espalda y la mandíbula y el vómito, pueden hacer que los médicos confundan un ataque cardíaco con la acidez estomacal, una infección en la vesícula biliar o una embolia pulmonar.
8. Infección en el tracto urinario
Las infecciones del tracto urinario son muy, muy comunes, pero también son uno de los padecimientos que más frecuentemente se diagnostican mal. Un estudio realizado en 2015 y publicado en la revista Journal of Clinical Microbiology (Revista de microbiología clínica) encontró que menos de la mitad de las mujeres que fueron diagnosticadas con la infección, que típicamente se localiza en la vejiga o la uretra, en realidad la tenían desde el principio; los médicos con frecuencia pasan por alto el panorama más amplio, que generalmente es una enfermedad de transmisión sexual que muestra síntomas similares.
9. Artritis reumatoide
La artritis reumatoide generalmente implica inflamación crónica y dolorosa en las articulaciones, más comúnmente en las muñecas y las manos. Desafortunadamente, según la Clínica Mayo, a menudo es muy difícil diagnosticar en las primeras etapas: hay muchas enfermedades en las que se presentan los mismos signos y síntomas, y no hay una forma clara de confirmar que en realidad se trate de artritis reumatoide. Además, no ayuda que algunas personas no tengan síntomas claros.
10. Infecciones en el oído
Las infecciones de oído son fáciles de diagnosticar, ¿verdad? Bueno, ese es el problema: con frecuencia se diagnostican de más porque muchos niños se quejan de dolor de oído y reciben inmediatamente un antibiótico. Según la Academia Estadounidense de Pediatría y la Academia Estadounidense de Médicos Familiares, se supone que los médicos deben esperar y ver si el niño, de hecho, tiene una infección en el oído, pero muchos se adelantan con lo que puede ser un uso innecesario de medicamentos que pueden ocasionar otros problemas, como diarrea, náuseas y reacciones alérgicas.
11. Depresión
Ya sea que a las personas se les diga que no tienen depresión cuando sí la padecen o que sí tienen depresión cuando no es el caso, no es raro que el trastorno se diagnostique mal. En un metaanálisis publicado en 2009 en The Lancet, los doctores solo diagnosticaron correctamente la depresión en el 47.3 por ciento de los casos, y desafortunadamente eso significa que muchas personas no reciben la ayuda que necesitan o creen que tienen un trastorno que no tienen.
12. Síndrome de intestino irritable
El síndrome de intestino irritable implica muchos síntomas, como calambres, dolor abdominal, flatulencias, hinchazón y diarrea o estreñimiento, dice la Clínica Mayo, y es por eso que es tan fácil para los médicos hacer un mal diagnóstico. Un estudio publicado en 2014 en United European Gastroenterology Journal (Revista de Gastroenterología de la Unión Europea) reveló que una de cada 10 personas que inicialmente dijeron tener el síndrome de intestino irritable finalmente descubrieron que tenían otro padecimiento, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
13. Aspergilosis
Es posible que no estés familiarizado con la aspergilosis, pero la infección causada por el moho ataca el sistema respiratorio y causa una reacción alérgica o infecciones pulmonares. Según la AARP (siglas en inglés de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas), síntomas como tos, fiebre, dolor en el pecho, escalofríos, dolor de cabeza y dificultad para respirar, con frecuencia pueden engañar a los médicos quienes llegan creer que se trata de un caso de asma, tuberculosis o dificultad respiratoria aguda, pero puede volverse grave y fatal si se propaga a otras partes del cuerpo porque el sistema inmune se ha debilitado.
14. Cáncer
Según la Journal of Clinical Oncology (Revista de oncología clínica), el cáncer es uno de los padecimientos más comunes que los médicos no detectan bien, tanto así que los diagnósticos equivocados ocurren el 28 por ciento de las veces, y en su mayoría se trata de linfoma, sarcomas, melanoma y cáncer de mama. Debido a que hay tantos signos y síntomas diferentes, así como una falta de información y el contar con un historial familiar incompleto, no es raro pensar que algo más está mal primero o que pase desapercibido hasta que sea más difícil de tratar.
15. Migrañas
Debido a que las migrañas son tan mal interpretadas, también son muy mal diagnosticadas. Con frecuencia las personas se refieren a sus dolores de cabeza como migrañas, pero son mucho peores que eso y pueden resultar no solo en dolor, también en dificultad para hablar, en la pérdida de la visión y en otros síntomas. Desafortunadamente, según la Asociación Nacional para la Migraña de Estados Unidos, el 60 por ciento de las mujeres y el 70 por ciento de los hombres no han sido diagnosticados correctamente debido a lo mucho que los síntomas varían de persona a persona.
16. Embolia pulmonar
Cuando un paciente llega con dolor en el pecho, dificultad para respirar y tos, podría parecerle al médico que se trata de muchas cosas diferentes. Según la AARP (siglas en inglés de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas), las embolias pulmonares con frecuencia se confunden con ataques de asma, neumonía, bronquitis y, a veces, ataques cardíacos, pero en realidad, se trata de un coágulo de sangre que está en los pulmones y que podría causar daños e incluso la muerte.
17. Accidente cerebrovascular
Cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro, puede ocurrir un accidente cerebrovascular y el tratamiento rápido es crucial, destaca la Clínica Mayo. Según la Universidad John Hopkins, uno de los errores de diagnóstico que con frecuencia se observan es cuando a las personas que padecen mareos intensos se les dice que es solo una afección del oído interno y no de un accidente cerebrovascular —y otro problema es cuando los síntomas son más leves que severos.
18. Demencia frontotemporal
Debido a que la enfermedad de Alzhéimer es la forma más común de demencia, por lo general es el primer diagnóstico que hace un médico, y eso es exactamente por lo que la demencia frontotemporal (DFT) puede diagnosticarse erróneamente, dice el Centro de la Memoria y el Envejecimiento de la UCSF (Universidad de California en San Francisco). Sin embargo, hay algunos síntomas reveladores que los distinguen: mientras que las etapas iniciales de la enfermedad de Alzhéimer implican pérdida de la memoria, la DFT comienza con problemas de conducta o de lenguaje.
19. Neumonía
La neumonía puede ser un asunto serio. La infección causa una inflamación de los alvéolos en uno o ambos pulmones, lo que puede hacer que se llenen de líquido, y dificultar la respiración. Según la AARP (siglas en inglés de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas), los síntomas comunes son tos, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar, pero con frecuencia se confunde con asma o tuberculosis, dependiendo de la gravedad.
20. Insuficiencia cardíaca descompensada
La insuficiencia cardíaca descompensada (ICD) puede ser algo que da miedo: ocurre cuando un cambio funcional estructural en el corazón hace que no pueda bombear la sangre adecuadamente, pero no siempre es fácil saber qué está pasando en el paciente. Según un estudio realizado en 2013 publicado en la revista Einstein, un síntoma revelador es la dificultad para respirar; desafortunadamente, eso también es común en muchas otras afecciones, por lo que conocer el historial familiar y los síntomas adicionales de alguien es imprescindible para hacer el diagnóstico correcto.
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