jueves, 10 de marzo de 2016

Rinitis alérgica o fiebre del heno, tratamiento natural

La rinitis alérgica o fiebre del Heno es una afección alérgica caracterizada por espasmos bronquiales y una secreción excesiva de moco viscoso en los pulmones que puede dar lugar a una respiración dificultosa.

Es estacional, y se trata de una reacción alérgica a los pólenes transportados por el viento. La que se desarrolla en primavera se debe al polen de los árboles mientras que la de verano puede atribuirse al polen de las plantas.




En las personas que padecen este trastorno encontraremos en la época de polinización una cierta hiperreactividad al entrar en contacto con las mucosas el alérgeno (polen, gramíneas, ácaros …), produciéndose un incremento en la liberación de sustancias de defensa: Histaminas, prostaglandinas y factor quimitáctico eosinofilico que causan los síntomas de la rinitis alérgica.





Sintomatología


Fase aguda o coriza
Estornudos.
Prurito (picor) ocular y nasal.
Rinorrea líquida/transparente (goteo nasal).
Congestión nasal.


Fase crónica
Mucosidad densa (amarillo/verdosa).
Congestión nasal.
Faringitis.


Tratamiento


Tratamiento dietético
Existe una gran evidencia que sugiere que las alergias a los alimentos juegan un papel importante en la fiebre del heno.


Se ha demostrado que alimentos como los huevos, el pescado, las nueces y los cacahuetes pueden provocar reacciones inmediatas y otros como la leche, el chocolate, el trigo y los cítricos se asocian con reacciones de aparición tardía.


Con la eliminación de ciertos alimentos de la dieta, muchas personas encuentran que la tendencia a la fiebre del heno se reduce significativamente, si sufres reacciones alérgicas con cierta cita con el alergólogo para detectar que alimentos pueden provocarla.


Además, ciertos suplementos nutricionales pueden ayudar. Se cree que la vitamina C y otros antioxidantes proporcionan una defensa importante, ya que los agentes oxidantes pueden estimular la broncostricción e incrementar las reacciones alérgicas a otros agentes protectores de las mucosas.


Drenaje nasal
En la fase inicial es importante desatascar esta vía mediante la limpieza endonasal con 1/4 de agua de manantial hervida, media cucharilla de sal marina y una lota o una jeringuilla.


En el caso de que existan procesos agudos (fase reactiva orodermal: sinusitis, rinitis, empiema del seno maxilar), utilizaremos en vez de agua una infusión con manzanilla dulce y tomillo.


Se puede realizar por las mañanas y/o antes de ir a dormir, siendo este momento el más idóneo ya que permitirá a la persona dormir sin obstrucción o congestión nasal, evitando así las afecciones de garganta (faringe, laringe … ), producidas por dormir con la boca abierta.




Limpieza de impurezas
Utilizaremos la lota o jeringuillas con agua salada, que aplicaremos por el orificio derecho mientras aguantamos la respiración, y que al inclinar la cabeza quedará mas alta y permitirá fluir y vaciar hacia el orificio de la izquierda por el que saldrá el agua salada.

Posteriormente, realizaremos el mismo proceso por el orificio de la izquierda.

Descongestión
En este caso, para desincrustar mucosidad endurecida o poco fluida utilizaremos la jeringuilla y la infusión de manzanilla y tomillo.

La persona se tumbará boca arriba y empezando por el orificio de la derecha inspirará a la vez que presionamos la jeringuilla e inyectamos el fluido por dicha vía, mientras espiramos por la izquierda al dejar de inyectar.

Es muy importante tanto la coordinación, como el perder el miedo al tragar.

Posteriormente, repetiremos por el otro orificio.

También se puede utilizar plasma marino como substitutivo del agua con sal, aportando mucho mas a nivel terapéutico debido a la riqueza de minerales que contiene.

Fitoterapia
Escutelaria y Melisa; por su propiedades antiespasmódicas.
Grosellero negro; para aumentar el cortisol.
Eufrasia; como astringente y antiinflamatorio de los ojos.
Llantén; protector de las mucosas.
Equinácea; para estimular el sistema inmunológico.
Tomillo; Como antibiótico ya que algunas bacterias pueden provocar también rinitis.


Fuente: este post proviene de Plantas medicinales, donde puedes consultar el contenido original.


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